Estados Unidos enfrenta un nuevo desafío en Siria, donde el resurgimiento de ISIS amenaza con desestabilizar la región en medio del vacío de poder tras la caída del presidente Bashar al-Assad. El miércoles, los principales socios de EE.UU. en la lucha contra ISIS, las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), informaron que sus centros de detención han sido blancos de constantes ataques, lo que ha obligado a suspender las operaciones conjuntas contra el grupo terrorista.
Las SDF, compuestas en gran parte por combatientes kurdos de las Unidades de Protección Popular (YPG), han sido objeto de intensos ataques por parte de facciones respaldadas por Turquía, lo que pone en peligro la seguridad de más de 20 centros de detención que albergan a presuntos miembros de ISIS y sus familias. Según el general Mazloum Abdi, comandante de las SDF, las crecientes amenazas han obligado a reubicar a los detenidos de ISIS a instalaciones más seguras, especialmente tras los avances de grupos respaldados por Turquía en la ciudad de Manbij.
“Con las crecientes amenazas a las que se enfrentaba Manbij, reubicamos a los detenidos de ISIS de las prisiones de allí a otros centros de detención más seguros”, explicó Mazloum. Además, advirtió que las amenazas se extienden a centros de detención en Raqqa y Hasakah, lo que requiere medidas de seguridad más estrictas y cooperación internacional para proteger estos lugares.
El frágil alto el fuego negociado con la ayuda de EE.UU. El martes permitió que las SDF se retiraran de Manbij, pero la situación sigue siendo tensa. Los constantes ataques han forzado la suspensión de las operaciones conjuntas contra ISIS, lo que, según Mazloum, ha fortalecido al grupo terrorista en el desierto sirio.
Mientras tanto, Estados Unidos ha intensificado su respuesta con una serie de ataques aéreos dirigidos contra objetivos de ISIS. Sin embargo, los funcionarios estadounidenses expresan preocupación por la creciente fragmentación en Siria, donde facciones rivales compiten por el control de diferentes regiones, complicando los esfuerzos para evitar que ISIS recupere el terreno.
El conflicto en Siria sigue siendo un campo de incertidumbre, donde la cooperación internacional y la estabilidad de los aliados locales serán clave para contener la amenaza de ISIS y evitar un resurgimiento que ponga en riesgo la seguridad regional y global.