La región de Puno enfrenta un escenario complejo en cuanto al desarrollo agrícola. Si bien es conocida como la «capital de la quinua», su potencial productivo está limitado por factores climáticos adversos, como heladas y sequías, que afectan tanto a los cultivos como a la ganadería.
La quinua, la cañihua y la papa nativa son productos emblemáticos de la región. Estos cultivos no solo tienen un valor cultural, sino que también representan oportunidades económicas en los mercados internacionales. En 2024, Puno exportó más de 30.000 toneladas de quinua orgánica, consolidándose como un actor clave en la agricultura sostenible.
Además de la agricultura, la ganadería también juega un papel importante. La crianza de alpacas y llamas no solo proporciona lana de alta calidad, sino que también es una fuente vital de ingresos para las comunidades rurales. Sin embargo, la falta de acceso a mercados competitivos y tecnologías modernas limita su desarrollo.
Proyectos locales están marcando la diferencia. Por ejemplo, la implementación de invernaderos en zonas afectadas por heladas ha permitido a las familias cultivar hortalizas durante todo el año, mejorando su seguridad alimentaria. Asimismo, cooperativas agrarias están ayudando a pequeños productores a negociar precios justos y acceder a nuevos mercados.
El camino hacia un desarrollo agrícola sostenible en Puno requiere el compromiso de todos los actores: gobiernos, organizaciones internacionales y comunidades locales. Con inversión en infraestructura, acceso a tecnología y capacitación técnica, Puno tiene el potencial de convertirse en un modelo de desarrollo agrícola para la región andina.