La Festividad de la Virgen de la Candelaria, celebrada cada mes de febrero, es mucho más que un evento religioso; es la máxima expresión de la riqueza cultural de Puno y una de las festividades más importantes de América Latina.
Esta celebración combina elementos de la fe católica con tradiciones andinas prehispánicas. Durante los días festivos, Puno se llena de color y música con las presentaciones de más de 170 conjuntos de danzas, como la diablada, la morenada y la pandilla puneña, que representan el sincretismo cultural de la región.
El impacto económico de la festividad es significativo. Millas de visitantes, tanto nacionales como internacionales, generan ingresos para la ciudad a través del turismo. Hoteles, restaurantes y negocios locales se ven beneficiados, pero este flujo también exige una gestión responsable para evitar el impacto negativo en el patrimonio cultural.
Otro desafío es el apoyo a las comunidades que participan en la festividad. Muchos conjuntos invierten grandes cantidades de dinero en vestimenta y logística, lo que plantea la necesidad de un sistema que garantice beneficios equitativos para los actores locales.
Puno tiene en la Festividad de la Virgen de la Candelaria un tesoro cultural invaluable. Su preservación no solo fortalece la identidad de la región, sino que también posiciona al Perú como un referente en la diversidad cultural.